miércoles, 8 de julio de 2009

De soles y dedos

Podría estar durmiendo, descansando a la sombra. Pero cuando cierro los ojos aparece tu mano. Y cuando los abro ya no está. Entonces no duermo. Espero despierto. Me muevo para no caer en la pesadez del sueño.
Me siento en la cama a mirar mi mano que sola no tiene sentido. Es un conjunto de dedos y una palma redonda y grande. Es eso nomás.
Podría correr bajo este sol de invierno hasta llegar. O en bicicleta. No me darían los pies, apretados contra los pedales. La cadena haciendo flic flic flic.
Hasta llegar a tu mano. La de verdad. No la de cuando cierro los ojos. Porque esa es más perezosa y se desdibuja fácil, o se inventa tanto que ya no es tu mano.
Además tu mano encaja perfecto en la mía. Si bien son muy distintas, encajan perfecto. Gordo, gordo, índice, índice, medio (o corazón), medio (¡oh, corazón!), anular, anular, meñique, meñique.
El sol, entre medio del frío, vino a saludarnos hoy. Dejó un par de grados para que no nos extrañáramos tanto. Y yo cierro los ojos y pienso en sus rayos. Tu mano a través de los rayos.
Es eso nomás. Es suficiente a veces. Podría estar durmiendo, de todas formas sigo pensando en tu mano.

6 comentarios:

santi dijo...

El sol puede salir
o quedarse atrás de las nubes,
se pude salir la cadena de la bici,
se puede inundar la ciudad,
o que lluvan pidras un día de calor y mucha humedad.
Pero si cerrás los ojos sabés
que ahí están los dedos
que se entrecruzan con los tuyos,
y el sol brilla aunque no lo veas,
el universo se abre
y el infinito se vuelve más infinito,
pero no nos sentimos chiquititos
porque sabemos
que somos inmensos.

The Bug dijo...

¡Pero qué pueta!

La Ruiva dijo...

"Si bien son muy distintas, encajan perfecto"

frase que resume TODO.

Andrea dijo...

qué lindo es recordar que el amor ya ganó, aunque el mundo se caiga a pedazos.

Chap! dijo...

¡Oh, corazón!

unServidor dijo...

Una mano para no anular.