miércoles, 31 de octubre de 2007

Pequeñas cosas

Hay muchos objetos que uno guarda más que por amuleto. Porque tienen una historia que, más allá de lo evidente, se esconden en ellos. Soy de los que los guardan aunque terminen en el fondo de un armario confundiéndose entre sí. Actúan como un álbum de momentos que uno no quiere olvidarse, o como un boleto instantáneo hacia el recuerdo. Y es tan placentero hacer ese viaje, dando vueltas en anécdotas. Observarse a uno mismo hace doce años, seis meses, ayer.
Por eso tardo tanto en ordenar mi habitación.


Gratitud
Gracias aroma azul, fogata encelo. Gracias pelo caballo mandarino. Gracias pudor turquesa embrujo vela, llamarada quietud azar delirio. Gracias a los racimos a la tarde, a la sed al fervor a las arrugas, al silencio a los senos a la noche, a la danza a la lumbre a la espesura. Muchas gracias al humo a los microbios, al despertar al cuerno a la belleza, a la esponja a la duda a la semilla, a la sangre a los toros a la siesta. Gracias por la ebriedad, por la vagancia por el aire la piel las alamedas, por el absurdo de hoy y de mañana, desazón avidez calma alegría, nostalgia desamor ceniza llanto. Gracias a lo que nace, a lo que muere, a las uñas las alas las hormigas, los reflejos el viento la rompiente, el olvido los granos la locura. Muchas gracias gusano. Gracias huevo. Gracias fango, sonido. Gracias piedra. Muchas gracias por todo. Muchas gracias. Oliverio Girondo, agradecido.
Oliverio Girondo
Siempre hay alguien que lo dice mejor.

sábado, 27 de octubre de 2007

Aún no es hora de partir

El mundo necesitaba que de la aguda voz de ésta mujer nos llegara este mensaje de prevención y advertencia. La cantante es Silvia Padilla, salida de un casting para una especie de reality show español. Obviamente su éxito (fugaz) será mayor que el de quien gane esa competencia.
Para muestra basta un youtube:




Gracias Sr. Popo por pasarme el dato, ahora su voz aguda no me molesta tanto.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Nada por aquí, nada por allá

No leo la mente, no invoco espíritus ni saco cartas de atrás de la oreja. No puedo levitar. Eviten preguntarme si saco palomas de algún bolsillo. El temita de la teletransportación sigue en veremos, junto con el intento de comunicarme telepáticamente.

De todas formas, de poder hacer algún tipo de magia, no haría ninguna de esas cosas.

lunes, 22 de octubre de 2007

Mirá mirá mirá


Hoy tuve una mañana de camarita y curiosidades y entre esas cosas encontré ese sol de rayos ultravioletas que se escondía en una flor. Y no, no tiene photoshop.

domingo, 21 de octubre de 2007

Tell me why

Dime con quién no andas y te diré a quién quieres.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Hister & Co

Hace tiempo que soy empleado de una compañía que trabaja sin importarle la ley de la oferta y la demanda. Aquí cuanto más pidan los consumidores, menos producimos. Una vez que los consumidores se alejan de nosotros y miran con buenos ojos a otras empresas, aparecemos nuevamente con todas las maquinas funcionando y ofreciéndonos en sus brazos como la única solución. También existen los consumidores que desaparecen cuando nos acercamos a ofrecerles algo y golpean la puerta cuando no pensabamos venderles nada. Son nuestros favoritos, claro. A ellos los atendemos sin dudarlo.
No sabemos aún si esta estrategia funciona, las pérdidas han sido muchas. Pero nuestro orgullo ciego no nos permite por el momento contemplar ninguna otra forma de funcionamiento.

jueves, 11 de octubre de 2007

Domicilio particular


En el futuro algún gobernante decidirá divertirse un poco cambiando los "ya gastados" nombres de las calles de la ciudad de Buenos Aires. La selección de los nuevos nombres contará con muchos de los ilustres artistas que brillan en ésta época. Así el pueblo podrá elegir por algún método preparado con una tecnología bastante eficaz (un aplausómetro sónico, por ejemplo) entre la gran variedad de nombres propuestos.
Así uno podrá vivir en Leonardo Greco al 1300, o tener una tía sobre la avenida Palmiero. Podremos visitar la embajada de Italia en la calle Luca Prodan entre Gino Renni y Rodolfo Ranni (las famosas paralelas "Renni-Ranni").
De a poco se acostumbrará a llamar a las plazas con nuevos nombres. De esa forma la Plaza De Mayo podrá conocerse como Luisa Kuliok. También cambiarán los nombres de las líneas de subte. No más A, B, C, D, E, que es muy mundano para una sociedad tan avanzada. Mejor hacer una combinación entre Mónica Guido y Luis Pedro Tony.
Se hará costumbre, y las universidades tomarán el nombre de grandes figuras y será un orgullo egresarse en el Instituto Superior Levon Kennedy. Si la propuesta tiene aceptación otros países del mundo tomarán esta iniciativa, y Uruguay se poblará de pequeñas ciudades llamadas Oreiro, Zorilla, Edgardo Mesa.
Quién te dice que se convierta en costumbre mundial, y podamos viajar a una pequeña isla llamada Teresacalandraland (o Teresacaland).
Desde luego que algún día nos aburriremos de vivir en la calle Berugo Carámbula, de la provincia Cesar Mascetti, de un país llamado Goofy y se realizará una nueva revolución social, donde serán tomadas la Facultad Lopilato y se sublevarán los soldados del Regimiento Piluso.

martes, 9 de octubre de 2007

Los abrojos de Miguel - Capítulo Dos -

En una esquina un cartel luminoso. Las ramas tapaban un poco las letras de HOTEL, pero se podía distinguir de todas maneras. Dos escalones pequeños y Miguel ya estaba caminando por el pasillo hacia la recepción. Miró la luz amarilla que iluminaba el pasillo desde el techo. Todo el tiempo parecía que estaba por apagarse. Detrás del mostrador un chico, Mariano, con una camisa marrón, dejó el autodefinido que estaba resolviendo al lado de la guía telefónica. Miró a Miguel con una mueca de amabilidad, y él le pidió una habitación. De debajo del mostrador Mariano sacó una carpeta. De adentro de la carpeta sacó un manojo de hojas amarillas y rosas, de las cuales eligió una (amarilla) y se la entregó a Miguel.
Mientras completaba con sus datos (algunos ciertos, otros innecesariamente mentidos), Miguel recordó que a ese hotel había ido con una chica jovencita, quizá de la misma edad que el muchacho que lo estaba atendiendo. En la cama de la habitación del fondo del segundo piso había ubicado su mano de la forma más desubicada en el cuerpo de la chica. Con sus labios había tapado cualquier posibilidad de aullido, y mientras le acariciaba el pelo le contagiaba su respiración agitada. Ella también lo disfrutaba. Con sus quejidos que no eran llanto, con sus miradas invitando al ágape. Y se habían dormido separados. Cada uno en un rincón de la cama, con las sábanas enredadas en las piernas y con la boca que apestaba de olor a cigarrillo. Había sido en ese hotel, y no había sido mucho tiempo atrás.
Con la llave de la habitación 31 subió hasta el tercer piso por el ascensor. Uno de esos que imitan los ruidos de los trenes. Y a través del cual podía ver los pasillos vacíos de cada piso. Nadie parecía andar por ese hotel esa noche. Un martes donde el sueño parecía haberse a poderado de la ciudad. Una noche donde Ema seguía llorando con la cabeza aplastada en la mesa de vidrio. Una habitación con las paredes empapeladas por una persona fanática del mal gusto.
Miguel se echó en la cama. Por un segundo pensó en Ema. Pero al instante también pensó en la chica con la que se había acostado en una habitación muy similar a la que estaba ocupando. Y se dio cuenta que las dos le importaban muy poco. Se sintió un hijodeputa. Pero no podía evitarlo.

sábado, 6 de octubre de 2007

Larga vida al TEG

Una partida que comenzó a las doce de la noche y terminó pasando las cinco de la mañana, donde el liderazgo del tablero iba pasando de mano en mano y no lograba definirse.


Un África imposible que terminó cayendo en manos del ejército amarillo ((el cual no lo necesitaba)). Una tranquilidad extraña en el continente europeo, donde finalmente se definió el partido. Y un ejército verde -mi compañero de la derecha- que abandonó el partido antes de tiempo, cambiando el tablero por un colchón y una cama. Así es imposible que te destruya.



Todo esto fiscalizado por la atenta presencia de Sir Cacho Castaña.

-Si, sigo pensando que estoy en vacaciones.-

jueves, 4 de octubre de 2007

Para algo nos reunió


Una noche incoherente con un grupo inconexo de personas trastornadas. Visitando lugares místicos, que si bien no ocultaban nada extraño, terminaron siendo una experiencia para el recuerdo. Nos tomamos dos veranos en la puerta y las vainillas pasaron como agua. Todo terminó en la almohada -o en el piso, o en la mesa-. Y aunque para un dueño fue miércoles, nosotros disfrutamos de una distinta forma de comenzar el jueves.

martes, 2 de octubre de 2007

Quedamos así

-Suena el teléfono-

¿Hola?
Buenas noches.
Si...
¿Me escuchás?
Si, escucho. ¿Qué pasa?
Nada. Te llamaba.
¿Quién habla?
Yo.
.
Hernán.
Ah.
Llamaba pedirte un favor.
Aj.
¿Podrás ----------------------
¿Eh?
Que si podrás pasarme a buscar.
¿Por dónde?
Por el trabajo.
Ah.
¿Y?
Nada.
¿Podés?
Si. Pero ¿ahora?
Si.
Aj.
¿Podés? De última me pido un auto.
Dale. Mejor.
¿Estás bien?
Y...
Supongo que eso es un "no".
Si.
¿Qué pasó?
Nada.
¿Entonces?
Entonces eso... nada.
Te llamo más tarde, me quedo sin crédito.
.
Si querés te llamo cuando llego a casa.
No. Dejá.
¿Querés hablar?
Queseyo.
Te tengo que cortar. Cualquier cosa------

-Tut tut tut tut tut tut-