miércoles, 17 de octubre de 2007

Hister & Co

Hace tiempo que soy empleado de una compañía que trabaja sin importarle la ley de la oferta y la demanda. Aquí cuanto más pidan los consumidores, menos producimos. Una vez que los consumidores se alejan de nosotros y miran con buenos ojos a otras empresas, aparecemos nuevamente con todas las maquinas funcionando y ofreciéndonos en sus brazos como la única solución. También existen los consumidores que desaparecen cuando nos acercamos a ofrecerles algo y golpean la puerta cuando no pensabamos venderles nada. Son nuestros favoritos, claro. A ellos los atendemos sin dudarlo.
No sabemos aún si esta estrategia funciona, las pérdidas han sido muchas. Pero nuestro orgullo ciego no nos permite por el momento contemplar ninguna otra forma de funcionamiento.

3 comentarios:

Paula dijo...

Antes de llamar al 0800-quejate voy a pensar en este post un ratito.

Anónimo dijo...

I love you baby.
You're the prettiest actor that I have known.
many kisses for you!

Anónimo dijo...

Explicame lo de arriba primero.

Y segundo, lo que escribiste acá es demasiado bueno, en serio.

Histérico!!



Marian

(quisiera loguearme y firmar bien y eso, pero... fiaquiiita)