miércoles, 30 de julio de 2008

De invierno

Te miro peinarte en el espejo. Te espero en el auto. Te escucho explicarme el manual del microondas. Te soplo la pelusa del ojo. Cuento hasta diez antes de contestarte. Te apago la tele cuando te dormís. Me hago cargo de soñarte. Y de tus pesadillas. Te busco los teléfonos en la guía. Te enfrío el café.
Hay una parte de mi que disfruta de eso. Y otra parte que prefiere no hacerse problema.

Tu papá siempre se ríe cuando voy a cenar a tu casa. Nunca entendí de qué.

Y debo confesarte que cuando me hablás de tus amigas en mi cabeza imagino que me estás hablando con la boca llena de torta de chocolate. La de bizcochuelo esponjoso.



Antes de pensar que hace tu llave en mi llavero era hora de que nos sinceráramos un poco.

4 comentarios:

unServidor dijo...

¡Ha vuelto con la pluma radiante de salud!

Plumas adentro ya no sé ¡que la salud le acompañe!

Un abrazo

Paula dijo...

Ooooooooohhhhhhhhhh!!

Cuánto amor. <3

Angie dijo...

Buen texto!

Andreievna dijo...

Me encanta. Cotidiano y profundo.
Un abrazo de tu compañera de sainete, que sigue haciendo del ridículo un estilo de vida del cual enorgullecerse.