miércoles, 6 de febrero de 2008

Sube, sufre

Es que sus ojos quieren verlo, y sus manos también. Pero después es tanto vacío que no se puede llenar sólo con el recuerdo.
Sin embargo sus labios quieren besarlo, y sus pies también. Pero él cada tanto se desvanece, y así no se puede seguir.
No es justo. No parece.
Su piel quiere sentir su piel, y abrazarlo también. Pero más tarde es solo un suspiro, y las lágrimas contra la almohada.
Lamentablemente ella no puede ser igual. Las sábanas son su refugio por ser tan poco cobarde y querer un poco más. Y todo parece ser una eterna onda electromagnética. Que sube, se disfruta, y de a poco vuelve a caer, sufriéndose. Luego sube, luego sufre.
El corazón quiere olvidarlo, y tenerlo consigo para siempre también. Pero la incertidumbre golpea fuerte y no le permite entender.
Le pesa. Le cuesta. Es lógico. De algún lado sacará las fuerzas. Para poder salir de ese circuito en algo necesita creer.

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