Para algo nos reunió
Una noche incoherente con un grupo inconexo de personas trastornadas. Visitando lugares místicos, que si bien no ocultaban nada extraño, terminaron siendo una experiencia para el recuerdo. Nos tomamos dos veranos en la puerta y las vainillas pasaron como agua. Todo terminó en la almohada -o en el piso, o en la mesa-. Y aunque para un dueño fue miércoles, nosotros disfrutamos de una distinta forma de comenzar el jueves.
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